Legislación

Proyecto de Ley de Promoción del Turismo Interno

El Senado y Cámara de Diputados…

 

Promoción del turismo interno
Artículo 1°: Serán alcanzadas por los beneficios de la presente Ley todas las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyME) prestadoras de servicios turísticos de todo el territorio nacional.
Artículo 2°: Se consideran empresas prestadoras de servicios turísticos a los efectos de esta Ley todas aquellas que realicen como actividad lucrativa principal alguna de las comprendidas en el Anexo 1° de la Ley 25.997.
Artículo 3°: Las empresas alcanzadas por la presente Ley gozarán de los siguientes beneficios:
a) Se rectificará el cuadro tarifario de energía eléctrica, gas y agua al vigente el 1° de enero de 2016 por un periodo de 12 meses, prorrogable por otros 6 meses más.
b) Se permitirá tomar como crédito fiscal del Impuesto Al Valor Agregado hasta el 15% de las cargas sociales efectivamente abonadas de la planta de trabajadores actual que tenga la empresa, y hasta el 30% de las mismas para los trabajadores que se contraten a partir de la entrada en vigencia de la presente Ley por un periodo de 18 meses, prorrogable por otros 12 meses más.
c) Se reducirá la alícuota impositiva del Impuesto al Valor Agregado al 10,5% por un periodo de 12 meses, prorrogable por otros 6 meses más.
Artículo 4°: Se extenderá el subsidio al gas oil del transporte automotor de pasajeros a las micro, pequeñas y medianas empresas de servicios de transporte automotor de pasajeros para el turismo.
Artículo 5°: El Poder Ejecutivo Nacional realizará convenios con bancos para la creación de líneas de créditos a tasas subsidiadas orientadas a MiPyMEs de servicios turísticos, priorizando los proyectos de inversión tecnológica y edilicia. Asimismo, realizará convenios con entidades financieras para promover condiciones de financiación favorables para los clientes de las empresas de servicios turísticos.
Artículo 6°: Las empresas que despidiesen trabajadores a partir de la entrada en vigencia de la presente Ley quedarán exceptuadas de los beneficios reconocidos en los artículos 3, 4 y 5 de manera permanente.
Artículo 7°: Comuníquese al Poder Ejecutivo.

 

FUNDAMENTOS

Señor presidente:

 

A partir del cambio de gobierno iniciado el 10 de Diciembre del 2015, la plataforma económica implementada por la actual gestión nacional deja a su paso innumerables consecuencias negativas a medida que se profundizan las políticas de austeridad. El entramado de decisiones ortodoxas en materia de política económica se materializa en una inevitable recesión, que tiene su correlato en el conjunto de los servicios que componen el sistema turístico argentino.
En el primer semestre del corriente las empresas del sistema turístico, que van desde la hotelería y las agencias de viajes hasta la gastronomía y el transporte, han enfrentado una fuerte caída en sus ventas como derivado de:
1. La devaluación del 60 %, como eje matriz de la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores.
2. La inflación, que ya alcanza el 25 % en los primeros 6 meses, cada vez más cerca del 40 % anual que reconoció el Ministro de Economía, Alfonso Prat Gay, para el final del 2016.
3. Los salarios, donde sectores claves para el consumo turístico cerraron acuerdos por debajo de la inflación, como el rubro de empleados de comercio que apenas alcanzó un 20% o los empleados públicos en el margen de un 25 %, entre otros sectores sensibles del consumo.
4. Los tarifazos en materia de servicios públicos, como gas y luz, que ahora fueron limitados al 500% luego de subas de hasta el 2000%, así como los sucesivos incrementos en los combustibles, que ya superan el 30% en sólo seis meses.
5. La caída del subsidio a las cargas sociales que incrementaron los costos laborales.
6. A la mala temporada estival se le sumo la devaluación de la moneda en Brasil, fomentado un aumento del turismo emisivo en detrimento del turismo interno nacional, que sufrió un retroceso a manos del efecto inflacionario y recesivo.
Este conjunto de decisiones políticas ha configurado un escenario que incide directamente sobre la estructura de costos relativos a la prestación de servicios en cada empresa – salarios, materia prima, energía – y sobre el poder adquisitivo real de los argentinos, que hoy ven limitadas sus posibilidades de consumo, en una clara lógica donde la preocupación de los argentinos está más bien en los precios que reflejan las góndolas de los supermercados o en la boleta de la luz, que en los viajes de descanso o recreación, los cuales no representan una necesidad básica.
Frente a este esquema entran en peligro las fuentes de trabajo del sector turístico y la continuidad de pequeñas y medianas empresas, que atraviesan un estado crítico, afectando no solo al sector en particular sino también al desarrollo de las economías locales que dependen de estos ingresos provenientes de las grandes ciudades.
El turismo es una actividad socioeconómica que guarda un tamaño de mercado en el orden de los $137 millones de pesos representando 3,1% del PIB (2015), ocupando el 3° lugar en el complejo exportador y generando 1.100 millones de puestos trabajo (5,4% del total). De lo anterior se desprende que durante el 2015 fueron 26,9 millones de turistas argentinos los que recorrieron el territorio nacional, en tanto que arribaron 5,7 millones de turistas extranjeros para visitar la Argentina, 42 % perteneciente a los mercados limítrofes y 58 % por parte de países no limítrofes. En términos de la proporción que esta actividad mantiene con la economía nacional, no solo por los resultados positivos en la balanza comercial sino por la transversalidad en la creación de empleo y la redistribución del ingreso, resulta imperioso que el estado nacional active mecanismos revertir el marco de inestabilidad que puede detonar el empleo y las inversiones, así como la situación en la que se encuentran las diferentes esferas del turismo, que están viendo caer sus niveles de rentabilidad y competitividad como consecuencia de la profunda recesión que atraviesa la Argentina, producto de las políticas neoliberales.
En el sector de las agencias de viajes como en de hotelería se manifiesta una baja sostenida en la demanda de servicios, situación que se traduce en reserva turísticas demasiado escasas frente a la creciente estructura de costos internos, poniendo en peligro la solvencia de las pymes en el mediano plazo. Mientras que la ocupación hotelera viene atravesando una caída del 7% sostenido en 6 meses respecto del número de pernoctaciones, un resultado negativo que encabeza la región norte según los datos del Indec, por su parte el sector de las agencias de viajes ya enfrento el cierre de 41 empresas de turismo, según FAEVYT, pasando de ser 5100 a ser 5149 el número de legajos habilitados para operar. En pocos meses del 2016 ya aparece una tendencia crítica para el sector, que frente al desbarajuste económico no avizora un horizonte de recuperación, ni siquiera en el mediano plazo.
Por lo anteriormente descrito, es menester impulsar las siguientes medidas que tiendan a reducir el escenario de impredictibilidad que pone en riesgo la continuidad no solo de un sector estratégico para la balanza comercial sino también para resguardar la continuidad de los formatos de competitividad empresarial y proteger la fuente de trabajo de los argentinos que viven de ella.
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