La hotelería en la época de la antigua Roma
La hotelería en la antigua Roma, aunque distante en su concepción de los hoteles modernos, estableció una red de posadas y estructuras a lo largo de sus legendarias vías, ofreciendo a los viajeros un refugio necesario en sus largos recorridos. Estas paradas estratégicas, no solo proveían descanso físico, sino que también nutrían las interacciones sociales y comerciales que eran esenciales para la cohesión de la sociedad de la época romana.
Durante el apogeo del Imperio Romano, desde el siglo I a.C. hasta el siglo V d.C., hubo una red de infraestructuras y servicios dedicados a alojar a viajeros y brindarles comodidades
Las vías romanasi, verdaderas carreteras de una ingeniería magistral para la épocaii, tejían un entramado de conexiones a lo largo y ancho del imperio. En estas arterias viales, las mansiones de viajeros se alzaban como oasis para aquellos que recorrían extensas distancias por motivos comerciales, militares o personales. Estas paradas ofrecían más que solo un refugio para descansar; servían como epicentros donde las historias y los intercambios culturales se entrelazaban, fortaleciendo la comprensión y el tejido social romano. Los viajeros encontraban en estas posadas no solo un lugar para reponer fuerzas, sino también la oportunidad de establecer conexiones, compartir información y experimentar la diversidad de un imperio en constante movimiento.
Si bien las mansiones de viajeros y las posadas no pueden equipararse directamente a los hoteles modernos, la hotelería en la antigua Roma trasciende su función utilitaria. Representa un capítulo crucial en la historia de cómo las civilizaciones antiguas abordaron la necesidad humana de alojamiento y hospitalidad. A través de su red de posadas, las vías romanas se convirtieron en senderos de intercambio cultural y social, atestiguando la capacidad de Roma para unir distancias geográficas y abrazar la diversidad en su seno.
Existían diferentes tipos de alojamiento según su finalidad y también la categoría de los mismosiii.
Así estaban las tabernae, que eran establecimientos multifuncionales que servían como posadas, tabernas y tiendas al mismo tiempo. Eran lugares donde los viajeros podían descansar, comer y obtener suministros. Algunas tabernae ofrecían espacios para dormir en el piso superior.
Luego podemos enumerar a las mutationes, stabulae o mansiones que eran puntos de posta o de descanso para permitir que los funcionarios de la administración estatal pudiesen cambiar los caballos o pasar la nocheiv. Eran lugares más grandes y mejor equipados que las tabernae que ofrecían comodidades como habitaciones privadas, baños, áreas de descanso y establos.
También existían las que se denominaban cauponas, éstas eran posadas de menor calidad que ofrecían alojamiento básico y comidas asequibles. Eran más populares entre los viajeros de nivel socioeconómico más bajo.
Junto a las áreas de alojamiento de determinado nivel de infrastructura, a menudo se localizaban las thermae, que eran baños públicosv. Los visitantes podían relajarse, socializar y bañarse en las thermae, lo que proporcionaba una experiencia de bienestar integral.
Además podemos mencionar a las villas y residencias privadas. En ocasiones, los viajeros de alta categoría eran invitados a quedarse en las villas o residencias privadas de nobles y aristócratas locales. Esto no era una práctica común y generalmente estaba reservado para individuos con conexiones y relaciones personales.
Finalmente no debemos dejar de mencionar la modalidad del hospitium, en la que había un sistema de hospitalidad y patronazgo mediante el cuál los romanos ricos a menudo ofrecían alojamiento a viajeros de una clase social similar, en sus propias casas. Ésto no solo beneficiaba a los huéspedes, sino que también reforzaba las redes sociales y los lazos entre las élites romanas.
En conjunto, la herencia de la hotelería en la antigua Roma ofrece una perspectiva única sobre cómo una civilización antigua abordó la necesidad de alojamiento y comodidades para los viajeros. Estas estructuras y servicios reflejaban la importancia de la conectividad y la movilidad en el vasto Imperio Romano, así como el valor que se daba a la hospitalidad y la interacción social. Aunque los conceptos modernos de hoteles y comodidades han evolucionado enormemente desde entonces, la base que establecieron los romanos en su búsqueda de viajes más cómodos y conexiones humanas perdura en la historia y sigue influyendo en cómo entendemos y abordamos el alojamiento en la actualidad.
En retrospectiva, la hotelería en la antigua Roma trasciende la mera provisión de alojamiento. Representa una ventana al ingenio y a la capacidad de adaptación de una sociedad que floreció hace siglos. A través de su red de vías, posadas, termas y la hospitalidad misma, los romanos tejieron una red que conectó personas, lugares y culturas, influyendo así en la configuración de la historia y estableciendo las bases para el desarrollo de la hotelería moderna que conocemos hoy en día.
Gustavo N. Fernández
i Adam Rogers,«The Roman Road» (2010).
ii Pablo C. Díaz Martínez.«Las Vías Romanas en Hispania» (2021).
iii Marie-Henriette Quet, «Les hôtels à Rome aux IIe et IIIe siècles après J.-C» (2008).
ivJoan Oller Guzmán, “El territorio y el poblamiento de la Layetania interior en época antigua (SS IV AC-I DC)» (2015).
vFikret Yegül, «Baths and Bathing in Classical Antiquity» (1992).